Ficha de la obra:
Inv.-Manuel Ayaso y Alfonso Costa.
Dibujo de la colección presentada en un catalogo de las obras.
Sin título.
De los Artistas:
Manuel Ayaso
Un joven nacido en Aguiño, en 1934, se marcha en plena postguerra para los Estados Unidos. De 1953-1956 realiza estudios en la Newark Schooll of Fine and Indsustrial Arts de Netwark, en New Jersey.
Vivió prácticamente toda su vida en América, pero como su obra demuestra, no se olvidó en ningún momento de su tierra natal. Estudió bellas Artes en New Jersey, pintando a partir de modelos desnudos y modelos de esculturas famosas, al tiempo que recibía una amplia formación en historia del arte, que es esencial para un pintor. Como esencia en su obra se encuentra la obra de Goya, Picasso, el Bosco, y los dibujos de Leonardo. Pasó por el influjo del cubismo, por la pintura mejicana de los muralistas, sobre todo Orozco, pero se fue encontrando con lo que él considera expresionismo simbólico. Si algo destaca para el espectador en la obra de Manuel Ayaso es la particular temática que lo hace inconfundible: basado en los recuerdos de la infancia de Aguiño con una fuerte presencia de la temática religiosa, de las tragedias de la costa da Morte, y de las leyendas y supersticiones gallegas, pero hay también influencias literarias de Rosalía, Valle-Inclán, Kafka o García Márquez. Recibió otros numerosos premios como son: Trubeck Award Montelair Art Museum, Purchaze Prize, Newark museum, Rusell T. Mount (Firts Award for prints and Drawings) Montelair Art Museum, honorable mentio, 2nd Anuual Internacional Exhibition of Miniaturae Art- Del Bella Gallery. Toronto Canada…
Alfonso Costa Beiro
Alfonso Costa Beiro nace en Noia (provincia de A Coruña) en 1943. Vive su infancia y adolescencia en la villa natal, junto al Océano Atlántico. A los diecisiete años se traslada a Barcelona. Pronto descubre su talento un crítico de prestigio, Cesáreo Rodríguez Aguilera, otro transterrado, que ejerce la judicatura y la crítica de arte y llegó a Cataluña desde su Quesada natal, donde vio nacer y crecer al inmenso pintor Rafael Zabaleta. Años después, la misma prestigiosa firma refrendaría la calidad plástica del gallego, que posee un dibujo mágico y una paleta evanescente, de una elegancia natural realmente única.
Desde la inicial exposición jienense, Costa Beiro trabaja de modo incansable. Es seleccionado para una muestra colectiva de dibujo que lleva el nombre de Joan Miró. En 1972 se le concede una beca de la Fundación March para conocer Florencia, hecho que tendrá una influencia decisiva en su futuro estético. El gallego realiza carteles y participa en colectivas internacionales. Hace series de grabados que incrementan su prestigio y forma parte de muestras que recorren La Habana y Lisboa. Sus exposiciones se suceden en toda España. En 1983 obtiene una beca del Ministerio de Cultura, y el Ayuntamiento de Noia le otorga la medalla de la villa, a la que ha dedicado carteles de fiesta y otros regalos. Su presencia en el libro es constante, con ilustraciones para obras de Costa Clavel y Neira Vilas. Nuevos murales, en 1985, en la industria coruñesa y en el Instituto Xelmírez de Compostela. Más murales, en establecimientos carcelarios.
Los años ochenta, fueron de intensa actividad para el artista, que ha consolidado su fama en el extranjero, principalmente en Francia y en Alemania. En 1988 realiza una gran exposición en el Kiosko Alfonso de A Coruña, que demuestra a sus paisanos la justificación de su fama. Recibe encargos oficiales constantemente. Sus carpetas de grabados interesan a los coleccionistas. Su fama está consolidada dentro y fuera de España. Figura en los museos Provinciales de Lugo, de Pontevedra, de Sada, La Coruña; de Arte Moderno de Barcelona, de Palma de Mallorca, de Hospitalet, Barcelona, Provincial de Burgos, de Arte moderno de Madrid, Zabaleta de Quesada, Jaén; de Gerona; de Ostende, Bélgica; de Vigo y de la fundación March, en Madrid. También está representado en instituciones oficiales como el Instituto Padre Sarmiento de Santiago, Universidad de Compostela, Xunta de Galicia, Ayuntamiento de La Coruña, Generalitat de Cataluña, Diputaciones provinciales de Santander, Gerona, Guadalajara, el Congreso de los Diputados y el Museo de Artes del Grabado a la Estampa Digital. La pintura de Costa Beiro es un personalísimo expresionismo lírico. Tiene concomitancias con Francis Bacon, si bien desde totales libertades.
Sus figuras danzan y poseen una incontenible dinámica. Se inscriben en fondos como espejos de azogue perdido, en rosas, carmines, azules, amarillos. Basada en un prodigioso, rítmico dibujo, la materia es leve, deleída, con texturas muy ricas y contrastes tonales de efectismo de vidriera. Prácticamente nunca se ha apartado de una vaga figuración, aunque las dosis de abstracción sean considerables. Sabe aprovechar recursos del cubismo y aun del surrealismo en composiciones medidas, en la que late la geometría bien digerida. Una enorme alegría, un ámbito lúdico preside estas pinturas en las que están el mito, el onirismo, la evocación y la ideación en perspectivas infinitas que emparentan, a veces, con el menos riguroso Dalí, a quien sin duda conoce bien. A su modo, Costa Beiro, como buen gallego, es un barroco apasionado y en definitiva, un gran creador y un enorme pintor.